Los teléfonos inteligentes y las tabletas ya forman parte de la realidad de muchos niños y adolescentes, pero es necesario utilizarlos a favor de la educación
En un universo cada vez más globalizado, es difícil hablar de cualquier tema sin relacionarlo con la agenda tecnológica. La revolución llevada a cabo a partir de la expansión de internet, provocó que en nuestro entorno surgieran nuevas formas de pensar y actuar, incluso en lo que respecta a la educación.
Esto se hizo aún más claro en 2020 con la pandemia de coronavirus que obligó a las escuelas a cerrar sus puertas y adoptar la enseñanza en línea como alternativa al aislamiento social. Sin embargo, es necesario que esto no reduzca la enseñanza sin integración entre alumno y aula.
La tecnología llegó para quedarse, y es muy bienvenida. Pero es necesario recordar que, además de las instalaciones, su uso sólo será completo si se utiliza a favor de la educación. En este sentido, es necesario que tanto los padres y alumnos, como las escuelas y los docentes se involucren y actúen a favor de este cambio.
Una nueva forma de ir
En general, las tecnologías se están desarrollando a lo largo del tiempo con diferentes propósitos, pero con un objetivo común: facilitar la vida de los seres humanos. Podemos citar elementos, hoy aparentemente simples, como el bolígrafo, el lápiz y el papel bond.
Pensando en avances aún mayores, podemos recordar el teléfono, la máquina de escribir, la computadora y, más recientemente, las computadoras portátiles, los teléfonos inteligentes y las tabletas. Todos estos objetos forman parte de nuestra vida cotidiana y pueden ser utilizados para los más diversos beneficios, incluida la educación.
Con la expansión de internet y la facilidad de acceso al mundo digital, nuestra realidad ha cambiado enormemente. La comunicación se hizo más rápida, así como el acceso a la información. Si tuviste que consultar una enciclopedia para hacer un proyecto escolar, hoy solo te falta “googlear”.
Por ello, entender que estamos en constante evolución y que estas innovaciones –así como otras que están por llegar– son importantes para nuestro crecimiento como sociedad es fundamental para encontrar un camino en el que la educación y la tecnología vayan de la mano.

Un nuevo modelo de educación está en camino
En este sentido, es necesario repensar la educación, para que las nuevas tecnologías sirvan de apoyo e incentivo a la enseñanza, por parte de los docentes, y al aprendizaje, por parte de los alumnos.
El docente, por ejemplo, no debe ser visto como un mero reproductor, sino como un mediador de saberes a trabajar en el aula. También porque mucho de lo que se trae como contenido se puede encontrar fácilmente en una simple búsqueda en internet.
La idea es que las tecnologías apoyen el aprendizaje, haciéndolo más inclusivo, interesante y más cercano a los estudiantes, sin reemplazar nunca al docente. Al mismo tiempo, el mundo virtual también debe hacer conexiones con la realidad de los estudiantes, facilitando la comprensión desde lo concreto.
Mayor interactividad
Pensar juntos en nuevas posibilidades y encontrar soluciones a problemas cotidianos también son parte de la gama de beneficios de integrar educación y tecnología. La interactividad está presente desde la creación de aplicaciones, blogs y sitios web por parte de los propios alumnos.
Accesibilidad mejorada
Este aspecto es uno de los más interesantes cuando pensamos en el acceso a la educación. El acceso es notoriamente facilitado con internet, pero esto debe considerar aspectos locales y económicos de cada entorno. Ofrecer estéreo e internet gratis, por ejemplo, es necesario en las comunidades más pobres.
enseñanza más atractiva
El universo digital ya está presente en la vida de nuestros niños y adolescentes, por lo que es necesario utilizarlo para hacer más atractiva la enseñanza en las aulas. De esta forma, los niños y adolescentes se interesarán más por los temas a desarrollar, facilitando así su comprensión.